Un vagón de conocimiento

Eduardo Maciel es historiador del Subte. Conoce como pocos el desarrollo de ese medio de transporte, desde sus inicios hasta la actualidad. Cuenta con un vasto archivo del subte y ferrocarriles argentinos que derivó tiempo después en otra pasión: la construcción de maquetas. Fue así que comenzó a moldear su nueva obra de arte, la segunda, un vagón de la General Electric Española que aún circula en la Línea E y tiene otros proyectos artesanales en curso.

Fueron los coches que conocí de chico, que disfruté y que sigo disfrutando en la Línea E, por eso decidí hacer este modelo porque es el más representativo. Es el último modelo de Subterráneos de Buenos Aires antiguo de los que se compró en su momento y mucha gente lo conoce como los ‘gallegos’”, grafica el historiador en su paso por el sindicato.

Maciel explica que debió copiar sus documentos en una escala 35%, y tuvo que recurrir a la memoria, a su experiencia vivida para ponerse a dar forma y vida a los vagones. “Acá hay cartón, plastilina, cable de luz, fideos porque los resortitos que están en las ruedas están hechos de fideos tirabuzón. Hay pintura, esmalte sintético, hay pegamento sintético para cartón y madera, cinta scotch ancha porque si no el cartón te chupa la pintura”, explica didácticamente Eduardo, quien empezó a hacer los exteriores con los colores de SBA, vidrios de celuloide y los interiores tal cual vinieron en 1966, de color crema y asientos verdes que fueron reemplazados por los de fórmica de hoy.

También empleó elementos como fideos tirabuzones o cables para simular los tubos de aluminio de las ventanas hasta lograr esa terminación perfecta. Eduardo se emociona y evoca: “Todos los que tenemos más de 50 años los conocimos en su época de esplendor. Yo traté de hacer lo mejor posible para que sea original. Por eso tiene las correas de Subterráneos”.

Esa obra artesanal ferroviaria demoró seis meses en materializarse, solo un coche, ya que demora mucho para que sequen los materiales y culminar los detalles. Sus próximos proyectos se enfocan en construir otro GEE y animarse al Fiat Materfer.

Maciel donó y obsequió sus primeras maquetas a compañeros del Sindicato, inspirado en su conciencia de clase. “Cuando empezás a pintar, tomás más impulso. Y si sabés que el destinario es un obrero del subte, la responsabilidad y amor a la obra se duplica”, asegura el artesano de los vagones gallegos.