Fuente: Prensa Latina

Arte bajo tierra con asiento en primera fila

Son cerca de las 19:00 hora local, rostros cansados de una jornada agotadora juguetean con sus celulares, otros apenas emiten palabras hasta que de pronto suenan las primeras notas de Hit the road Jack, de Ray Charles.

Son cerca de las 19:00 hora local, rostros cansados de una jornada agotadora juguetean con sus celulares, otros apenas emiten palabras hasta que de pronto suenan las primeras notas de Hit the road Jack, de Ray Charles.

Con impecable soltura, safoxón en mano, la voz mágica y electrizante de una joven chica colombiana acompañada por otro que la secunda hacen girar las miradas dentro de uno de los vagones del metro porteño.

Y es que el buen arte mueve y conquista hasta el más amargado. En el metro o subte de Buenos Aires, como lo llaman, se encuentra el mejor boleto a un concierto o espectáculo totalmente gratuito con asiento en primera fila.

La joven entona con agudeza el Hit the road... todos la apuntan con sus celulares para inmortalizar en video el momento porque saben que están escuchando a uno de esos tantos artistas callejeros de altos quilates que quizás no gozan de fama, pero si de un río de talento inigualable.

Con su voz desgarradora pone a mover los pies hasta terminar su función. Ovaciones cerradas para ambos que sonríen como satisfechos de haber sido escuchados por el mejor de los públicos.

Somos el dúo Los Cruzados y nos pueden buscar en Internet, afirma la cantante mientras un espectador le grita de lejos: ’son unos grosso ustedes’ (bueno, lindo, importante en el argot argentino).

El viaje continúa por la línea D, uno de las seis rutas del amado subte de los porteños que transporta a millones de personas cada día en una descomunal Buenos Aires, donde transitar en auto en horas picos es casi imposible.

Entra otro artista al ’escenario rodante’, el verdadero mago del subte se hace llamar, ofrece un espectáculo al mejor estilo de David Copperfield, hasta dejar casi embobecidos a los pasajeros, que le agradecen.

Estos son apenas dos de tantos artistas que hacen del metro de Buenos Aires uno de los más antiguos del continente, una experiencia inolvidable para muchos. Dentro de el hasta el menos talentoso siempre se lleva quizás la mejor recompensa: los aplausos.

Un rapero le canta a los temas del día ¿Dónde está Santiago Maldonado?, dice para criticar desde su lírica los precios cada vez más alto. Un señor sesentón entona uno de los famosos tangos de Gardel y una pareja hace un perfomance teatral en el que pone a interactuar a los pasajeros.

Llegas a la estación donde finaliza tu ruta, bajas y casi al salir se escucha un canto hermoso. Es una talentosísima intérprete que hace revivir en todo su esplendor a Edith Piaf, muchos detienen su apretada marcha y se paran a oirla, quedan embelesados.

Viajar en el metro de Buenos Aires es toda una aventura artística con un asiento de lujo en el que puedes encontrar quizás el mejor de los talentos, muchos de ellos empíricos, en una Argentina donde el arte está en todas partes.


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