Fuente: Clarín

Sin el subte C, hay una galería fantasma en el subsuelo de Constitución

Sin clientes, cerraron 18 de los 22 locales que hay en la conexión hacia el tren Roca. No les cobran dos meses de alquiler.

En las escaleras principales de la estación ferroviaria de Constitución hay ruegos en cartulina. "¡Atención!, galería abierta. Puede bajar", dice uno escrito con marcadores rojos y negros sobre un fondo amarillo. Otro, más imperativo, exclama "¡Baje!, locales abiertos" en imprenta y papel naranja. Están también los de letras de computadora: "abogados atendiendo" y una flecha negra que conduce hacia abajo. Sin el subte C, que no llega a Constitución por obras en las vías de la red, cerraron 18 de 22 locales que están en la conexión entre el subte y el tren.

Los pedidos en cartulina son de comerciantes que decidieron seguir trabajando, aun cuando la mayoría bajó sus persianas y en los túneles que conducen a las boleterías y andenes no hay pasajeros. En condiciones normales, un millón de personas cruzan el hall de la terminal. “Son las 14, mínimo a esta hora hubiese hecho entre 5.000 y 6.000 pesos, pero sólo vendí dos gaseosas Manaos”, dice Julieta. A los costados del local, también enfrente, los comercios están cerrados. Está sola atendiendo en lo que antes era una juguetería. Ahora la mercadería alterna entre disfraces, autitos, muñecas, ojotas, perfumes y bebidas frías.

“Este es el único negocio que quedó abierto. Son diez locales que pertenecen a un mismo dueño. Juntamos todos los productos acá para ver si algo se mueve”, dice. Los diez comercios tienen alrededor de 30 empleados. Por el cierre de la estación, el dueño les pidió que se tomaran vacaciones en enero. En febrero volvieron, pero mantienen un esquema que se aleja muy poco de la situación anterior: “nos turnamos. Laburamos el día. Estamos mal pero aguantamos esto, qué podemos hacer”.

En el túnel subterráneo de Constitución hay una perfumería, tres bazares, una panadería, un bar, una concesionaria de autos, una librería, un punto de atención de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y hasta una cerrajería, entre otros comercios. Hoy la mayoría tiene sus letreros a oscuras y las puertas bloqueadas con candado. La percepción, sin millones de personas atravesándolo, es de un espacio hueco, únicamente habitado por rostros preocupados. “Las ventas bajaron más del doble. Es muy difícil que la gente llegue al negocio. Cualquiera que baje las escaleras y encuentre esta desolación, no va a querer ver qué quedó abierto”, dice Erica. Trabaja de lunes a viernes en un local de electrónica, el horario de atención se redujo por la falta de público.

A fines de diciembre, suspendieron el servicio en Constitución para hacer un recambio de los dispositivos que permiten a las formaciones pasar de una vía a otra, para operar en uno u otro andén. Y también para instalar un sistema de señales nuevo. En Subterráneos de Buenos Aires, la empresa porteña encargada del servicio, dijeron que entienden los perjuicios que el cierre de la estación pueda provocar, pero resaltaron que la realización de los trabajos era prioritaria para los 45 millones de usuarios anuales de la línea C, que ya se había hecho en Retiro el año pasado y ahora debía completarse en Constitución. La calificaron como "la obra más importante de los últimos 20 años".

Trenes Argentinos Operaciones es la sociedad estatal que cobra el alquiler de los locales. Según dijeron desde el Ministerio de Transporte, mientras esté inactivo el subte los comerciantes no pagarán el alquiler. Los trabajos, de acuerdo a lo prometido, terminan el 28 de febrero.

Una obra clave

La obra en Constitución incluye la instalación del nuevo sistema de señales CBTC, que ya funciona en la línea H. Trabaja mediante la comunicación entre formaciones, permite el máximo acercamiento de los coches de forma segura y mejora la frecuencia.


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