Habló la conductora del milagro en el subte: "Hubo una fuerza divina que ayudó"

La escena es dramática. Una mujer cae a las vías y queda inmóvil mientras una formación de la línea D del subte ingresa al andén de la estación Pueyrredón

Por Mauricio Giambartolomei para La Nación

La escena es dramática. Una mujer cae a las vías y queda inmóvil mientras una formación de la línea D del subte ingresa al andén de la estación Pueyrredón. Los pasajeros se desesperan haciendo señas mientras el tren avanza. Agitan las manos, revolean bolsos y mochilas, algunos intentan saltar a las vías, pero no se animan. El tren disminuye la velocidad hasta quedar detenido por completo a cinco metros de la mujer que, ahora sí, es asistida por dos personas.

El milagro bajo tierra fue posible por la reacción de otra mujer, Roxana Elizabeth Flores, la motorwoman que activó los frenos a tiempo de la formación que circulaba a una velocidad de 40 km/h con una visibilidad reducida al salir de una curva. Su rápida reacción para aplicar los protocolos de seguridad y unos nervios de acero le permitieron a Andrea, la docente que cayó a las vías empujada por un hombre que se desvaneció sobre ella, nacer de nuevo.

"Ella le debe la vida a Dios, no a mí, pero la rápida reacción fue importante. Pienso que hubo una fuerza divina que la ayudó porque si hubiese caído un segundo antes, no alcanzaba a frenar", le cuenta Roxana a La Nación, aún conmovida por el episodio. "Todo eso te da vueltas en la cabeza y no me deja dormir. Hace dos noches que duermo dos horas", agrega.

El episodio ocurrió el martes a las 8 y duró pocos segundos, los suficientes para convertirse en los más intensos de los seis años que Roxana lleva conduciendo trenes bajo tierra. Antes trabajó otros 19 años como guarda y en otras tareas. La curva, la pendiente de la vía y la poca visibilidad hicieron que la maniobra fuera más difícil de lo que aparenta por el video. "Pienso que hubo una ayuda de Dios porque podría haber habido grasa en la vía, podía no haber reaccionado bien yo, o pasado cualquier otra cosa. La forma que ella cayó, se golpeó sobre el riel y no se desnucó.. Fue un verdadero milagro", admite la mujer.

Roxana tiene 51 años y su marido también trabaja en Metrovías como conductor. "Tiene más experiencia que yo", afirma con timidez. Viven en una familia ensamblada con su hija, Nadia, y con Yolanda y Matías, los hijos de su marido. Los tres siguieron caminos laborales diferentes aunque pretenden sumarse al subte porteño en cuanto tengan la posibilidad.

En el video que muestra el incidente se observa como un hombre se desvanece sobre la mujer y la empuja hacia las vías. Hubo algunas versiones que señalaban que se trataba de un arrebatador, o que fue una agresión deliberaba, pero todo quedó descartado por la investigación policial. Además el hombre resultó herido en la frente y fue atendido en la misma ambulancia que la docente.

"Tomé dimensión de lo que pasó cuando vi las imágenes porque al entrar al andén lo primero que vi son las señas que hacía la gente, pero no a la mujer. Apliqué el freno de emergencia, como indica el protocolo para estos casos, y recién después vi a la pasajera. No sabía si se había caído o si estaba ahí para suicidarse", recuerda la motorwoman.

Roxana es una de las 329 mujeres que se desempeñan en el área de tráfico de la red de subte como conductoras, conductoras especializadas y guardas. En el caso de la línea D son 25 conductoras, tres especializadas y 34 guardas, cargo que la motorwoman ocupó durante once años.

"En ese tiempo me tocó vivir muchos arrollamientos, pero como conductora es la primera vez que me pasa algo así. Este tipo de situaciones son habituales con suicidas, o gente que simplemente se cae en las vías. Sabemos que puede pasar que alguien se tire en las vías", admite.

La mujer que cayó del andén se encuentra en plena etapa de recuperación. Marcelo, su marido, dijo que ella está angustiada, en shock, pero clínicamente bien y compensada. "No tuve posibilidad de hablar con Andrea porque acomodé la formación para que baje la gente y luego seguí viaje hasta la cabecera porque venían otras formaciones detrás, pero ví que se encontraba bien, con vida", cuenta Roxana.

"¿Si quiero conocerla? Sí, tengo muchas ganas de hablar con ella, pero primero quiero recuperarme un poco de todo esto porque estamos acostumbradas a un perfil bajo, a que no se hable de nosotros. Por eso digo que ella le debe la vida a Dios", sostiene la conductora del milagro.


Ver en línea : La Nación