Fuente: Ecomovilidad

[España] Metro dice adiós a los vestíbulos que cierran a las 21:40

Según adelantan hoy varios medios, todos los vestíbulos permanecerán abiertos hasta el final del servicio. Hasta ahora, los vestíbulos secundarios cerraban a las 21:40, 4 horas antes del final del servicio.

Esta semana Metro ha anunciado varias novedades que, aunque conocidas, no han dejado de sorprender. Por una parte se ha anunciado la remodelación de 21 estaciones, incluyendo las últimas que carecían de paneles vitrificados como Cuatro Caminos, Gran Vía, Alonso Martínez o Bilbao. También se ha recordado que en 2018 ya no viajaremos con billetes de papel magnético sino con tarjetas recargables. Más polémico ha sido la desaparición de las taquillas físicas a partir de mañana, sábado 1 de abril. Las últimas “peceras” que quedan serán reemplazadas progresivamente por puestos de atención comercial, siguiendo el modelo de gestión que Metro comenzó a implantar en el año 2003.

Pero esto no es todo lo que cambiará en Metro mañana. Según adelantan hoy varios medios, todos los vestíbulos permanecerán abiertos hasta el final del servicio. Hasta ahora, los vestíbulos secundarios cerraban a las 21:40, 4 horas antes del final del servicio. Un cierre basado en la gestión del personal. A partir de las 22h los trabajadores cobran un plus por nocturnidad y, para la demanda nocturna, compensaba dejar sólo un vestíbulo. Los 20 minutos de diferencia (de las 21:40 a las 22 h) era el tiempo destinado para “hacer caja” y cerrar los accesos.

Una medida obsoleta que llega a su fin

Desde ecomovilidad ya sugerimos en 2015 que se pusiera fin a una medida que era una rémora del pasado. Hacía años que estos vestíbulos secundarios ya no tenían personal ni taquilla, pues habían sido “mecanizados” y sólo se vendía en máquinas expendedoras. El ahorro del plus de nocturnidad era inexistente. Aun así estos vestíbulos secundarios también tenían horarios más restringidos en caso de huelga o en navidades, por ejemplo.

El cierre anticipado a las 21:40 causa no pocas molestias. Para empezar afecta a casi la mitad de los accesos de la almendra central. En muchos casos el acceso permanente está ubicado a gran distancia del secundario, obligando a un largo rodeo y mermando la accesibilidad de la red. En estaciones céntricas los vestíbulos abiertos se saturaban al destinarse un único vestíbulo para toda la estación.

El levantamiento de esta restricción es una medida que beneficia a todos. Se reduce el tiempo de acceso, se mejora la cobertura de la red y no supone un coste adicional. Quedarán para el recuerdo las pegatinas y paneles rojos que avisaban del cierre; y a los que muchos, al ignorar los avisos, usaban los sistemas de emergencia para poder salir.


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